El último informe de Monitoreo de Cultivos de Coca 2023 arroja cifras preocupantes para Colombia: el área sembrada con coca aumentó un 10% en el último año, llegando a las 253.000 hectáreas a finales de 2023. Este crecimiento también se reflejó en la producción potencial de cocaína pura, que experimentó un incremento del 53%, alcanzando las 2.664 toneladas métricas, según el reporte.
Este incremento es notablemente más generalizado que en años anteriores, afectando 16 de los 19 departamentos con cultivos de coca, con especial énfasis en los departamentos de Cauca y Nariño, que fueron los más afectados. Mientras tanto, solo San Pablo-Taracué mostró una leve reducción del 3% en su área sembrada.
El informe también alerta sobre el crecimiento de nuevos territorios de cultivo. Aproximadamente el 40% de las nuevas áreas sembradas se encuentran en la región del Pacífico, especialmente en Cauca y Chocó. Lo alarmante es que estos lotes no están dispersos, sino que forman núcleos densamente plantados, con condiciones similares a los enclaves productivos.
A pesar del incremento en la producción, la comercialización de derivados de coca, como la pasta y base de cocaína, enfrenta dificultades en algunas regiones. Los precios han caído a niveles históricamente bajos, y en algunos lugares incluso no hay mercado debido a la falta de compradores. Sin embargo, la mayoría de los cultivos continúan siendo cosechados, y los insumos químicos demandados por estas zonas continúan siendo elevados, con un estimado de 997.560 metros cúbicos de insumos líquidos y 192.980 toneladas de insumos sólidos.
Este crecimiento sostenido plantea un gran desafío para las políticas de intervención en los territorios afectados y para los esfuerzos de reducción del narcotráfico. La situación compleja en estos territorios, muchos de los cuales están cercanos a rutas de salida de drogas, resalta la necesidad de fortalecer las estrategias de control y la presencia institucional para frenar la expansión de los cultivos.