En 2023 y 2024, aproximadamente el 65% de los contribuyentes que optaron por este régimen migraron desde el régimen ordinario. Según el Gobierno, este resultado evidencia que el RST no ha logrado atraer a empresas informales.
Un documento reciente señala que uno de los principales problemas del RST es la falta de incentivos efectivos para que las empresas adopten prácticas como la facturación y nómina electrónicas, elementos clave en el proceso de formalización. Al centrarse únicamente en los ingresos, el régimen no promueve estas prácticas, limitando su impacto en la formalización del sector empresarial.
La transición llevará a las personas naturales y jurídicas a regímenes tradicionales de tributación, complementados con un esquema de tarifas marginales para el impuesto sobre la renta.
El ministro de Comercio, Luis Carlos Reyes, defendió esta eliminación durante el congreso anual de Confecámaras, señalando que el régimen benefició a contribuyentes que ya pagaban tarifas normales en lugar de formalizar a empresas informales