En un evento que resonó en círculos políticos y sociales, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, otorgó la Gran Cruz Extraordinaria de Boyacá al expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica, destacando su invaluable compromiso con la paz y el diálogo. La ceremonia se realizó en la residencia privada del exmandatario uruguayo, quien se encuentra enfrentando problemas de salud a los 89 años.
El reconocimiento, según el decreto emitido por el Gobierno colombiano, se basó en que Mujica “ha sido un destacado defensor de la paz y un firme promotor del diálogo como única vía para resolver conflictos”, una labor que resuena con los esfuerzos actuales de Colombia por consolidar una paz duradera.
La visita de Petro a Uruguay incluyó encuentros con el presidente saliente Luis Lacalle Pou y el presidente electo Yamandú Orsi, aunque el eje de su agenda giró alrededor de su encuentro con Mujica. Según el embajador colombiano en Uruguay, Francisco Coy, el diálogo entre Petro y Mujica fue “sin libretos ni agendas”, pero centrado en la construcción de la paz, tema que apasiona profundamente al político uruguayo.
El acto generó un momento de especial atención cuando Petro presentó una bandera del M-19, grupo guerrillero al que perteneció en su juventud. Este gesto no pasó desapercibido, especialmente porque Mujica también compartió un pasado como miembro del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros en Uruguay. Las similitudes entre sus trayectorias políticas no solo captaron la atención de los presentes, sino que también plantearon preguntas sobre los simbolismos detrás de la bandera y su relevancia en el contexto actual.
La aparición de este emblema del M-19 dividió opiniones. Mientras algunos interpretaron el acto como un homenaje a las transformaciones políticas, otros lo vieron como un elemento innecesario que podía generar controversia. Mujica, sin embargo, aceptó el gesto con su habitual ecuanimidad y enfatizó en sus palabras la necesidad de mantener vivos los ideales de justicia y equidad.
La salud de Mujica, quien lucha contra un cáncer de esófago, marcó la jornada. “Vamos a terminar porque no aguanto mucho parado”, comentó con humor, mientras recibía el apoyo de su esposa y el aplauso de los presentes.
El evento cerró con un llamado conjunto a seguir promoviendo el diálogo como herramienta principal para resolver los conflictos y consolidar democracias inclusivas.