En un fallo sin precedentes, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de Colombia ha dictado una condena histórica que reconoce al bullying o matoneo como un delito penalmente sancionable. Esta decisión marca un hito en la jurisprudencia colombiana, ya que por primera vez se califica el acoso escolar como una conducta que puede ser llevada a instancias penales, si vulnera la dignidad de las víctimas con actos de humillación y ridiculización.
El caso que llevó a esta sentencia involucra a un joven que fue víctima de acoso por parte de sus compañeros, quienes lo sometieron a burlas y humillación pública, incluida la desnudez forzada y la toma de fotografías del incidente. Estos actos, que inicialmente fueron presentados por los defensores de los agresores como simples correcciones que debían manejarse en el ámbito familiar, fueron desestimados por la Corte, que consideró que dichas conductas exceden los límites de la corrección parental y deben ser sancionadas penalmente.
El joven agresor, de solo 14 años, ha sido condenado a cumplir una medida de internación en un centro especializado, según lo establece la Justicia para Adolescentes en Colombia. La decisión pone en el centro del debate la necesidad de que el sistema de justicia tome cartas en situaciones de acoso escolar, y sienta un precedente legal que podría impactar profundamente la forma en que el bullying es tratado en el país.