El exministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, anunció su retiro de Bioenergy este 31 de octubre, tras cuatro años y medio liderando la empresa, durante los cuales pasó de estar en proceso de liquidación a convertirse en un referente de sostenibilidad e innovación agroindustrial en Colombia. Hoy, Bioenergy es la mayor productora de etanol en el país, opera bajo un esquema de cero desperdicios y genera cerca de 5.000 empleos directos e indirectos, fortaleciendo el desarrollo de la región de la Orinoquía.
Bajo el liderazgo de Lizarralde, Bioenergy alcanzó resultados impresionantes: para la próxima zafra, que comienza el 5 de noviembre, se espera la producción de un millón de toneladas de caña, 76 millones de litros de alcohol y 77.800 MW de energía integrados a la red nacional. “Muchos decían que debía liquidar la empresa sin mayores esfuerzos, pero vi su potencial en la Orinoquía. Con una planta moderna y fértil tierra, Bioenergy podía prosperar bajo las condiciones correctas”, comentó Lizarralde. Actualmente, el 100% de la producción se basa en biomasa y opera sin carbón ni emisiones de CO₂.
Durante su administración, Lizarralde logró reestructurar la empresa financieramente, generando un flujo de caja positivo y ajustando los contratos de la compañía a la realidad del sector agroindustrial. Con estas medidas, Bioenergy no solo recuperó la confianza del mercado, sino que también se consolidó como un pilar para la seguridad energética de Colombia. La empresa afirmó en un comunicado que su salida es parte del cierre de un ciclo exitoso y una etapa de preparación para futuras innovaciones, como la producción de SAF (combustible sostenible para aviación) en los próximos cinco años.
Gracias al enfoque en sostenibilidad y empleo, Bioenergy se ha convertido en un generador de oportunidades en la Orinoquía. La empresa mantiene 850 empleos directos y otros 3.500 indirectos, en contraste con los desafíos iniciales que apuntaban al cierre y la pérdida masiva de empleos. Lizarralde destacó que “ahora Bioenergy es un actor clave en la reducción de importaciones de combustibles fósiles y en el ahorro de recursos nacionales, impulsando la seguridad energética y nuevas oportunidades de inversión en la región”.
Con su salida, Lizarralde enfatizó que Bioenergy no solo es una empresa autosustentable, sino también un motor de cambio en el campo colombiano, ejemplificando que la innovación en biocombustibles y sostenibilidad agroindustrial puede fortalecer la economía rural y contribuir a una transición energética sostenible en el país.