Donald Trump regresa triunfante a la Casa Blanca con un respaldo más sólido que en 2016, tras vencer a Kamala Harris, quien asumió el liderazgo demócrata hace poco más de 100 días tras sustituir al presidente Joe Biden en la candidatura. Este regreso, catalogado como histórico, convierte a Trump en el segundo presidente en alcanzar dos mandatos no consecutivos, tras Grover Cleveland en el siglo XIX.
Las proyecciones indican que el republicano se impuso en estados clave como Carolina del Norte, Georgia, Pensilvania y Wisconsin, superando los 270 votos electorales requeridos. “Es una magnífica victoria para el pueblo estadounidense”, expresó Trump, quien celebró en Florida junto a su compañero de fórmula JD Vance y su familia. En su discurso, prometió “una nueva edad de oro” para el país, con enfoque en fortalecer la economía y llevar a cabo una masiva deportación de inmigrantes indocumentados para enfrentar lo que denominó una “invasión”.
La campaña de Harris, por su parte, se mantuvo en silencio mientras los resultados seguían desarrollándose. Esta derrota también revive el intento fallido de Hillary Clinton en 2016 de ser la primera mujer presidenta de EE.UU.
Trump, con 78 años y enfrentando numerosos casos legales, logró reestructurar su campaña y apeló al deseo de cambio de gran parte de la población, que expresó su rechazo al liderazgo de Biden y Harris, especialmente en temas económicos e inmigratorios. A diferencia de 2016, en esta ocasión, Trump se llevó tanto el Colegio Electoral como el voto popular, consolidando su retorno con una amplia ventaja.
El triunfo republicano no solo devuelve a Trump al poder, sino que otorga a su partido el control del Senado, asegurándole un camino más libre para implementar su agenda. Este regreso significa una victoria política notable para el exmandatario, quien había abandonado la Casa Blanca en 2021 en medio de una crisis de imagen y un asalto al Capitolio que aún genera controversias.
Para muchos, esta victoria de Trump marca el inicio de un mandato que podría redefinir las políticas exteriores e interiores de Estados Unidos, con una retórica más radical y un enfoque en la seguridad y la economía nacional.