La intensa tormenta que azotó Bogotá el miércoles 6 de noviembre, acompañada de relámpagos y lluvias torrenciales, dejó consecuencias devastadoras en la capital. Más de 500 personas quedaron atrapadas en instalaciones educativas y empresas, principalmente en las localidades de Usaquén, Suba y Ciudad Bolívar. La emergencia afectó la movilidad y provocó el cierre de varios tramos de la Autopista Norte.
De acuerdo con el alcalde Carlos Fernando Galán, 26 puntos críticos fueron identificados en la ciudad, lo que llevó a las autoridades a recomendar evitar el tránsito por la autopista norte y a decretar la suspensión de clases en varios colegios y la Universidad de La Sabana este jueves. Entre las instituciones más afectadas se encuentran colegios de renombre como Andino, San Angelo, Cambridge y La Montaña, que sirvieron de refugio para estudiantes y sus familias.
La situación en la Autopista Norte fue especialmente crítica. Las autoridades dispusieron un cierre en la calzada occidental en el tramo entre la calle 235 y la 222, donde continúan los esfuerzos de rescate de los vehículos varados. Se habilitó un contraflujo en el carril oriental y un reversible en la carrera 7. El secretario Miguel Silva afirmó que el nivel del agua bajó considerablemente, aunque las operaciones de rescate continúan.
En Ciudad Bolívar, el IDIGER y Bomberos Bogotá atendieron emergencias relacionadas con deslizamientos que afectaron a cinco familias, mientras que en otros puntos de la ciudad las rutas escolares se vieron gravemente comprometidas. Durante la tarde, se denunció que varios menores estuvieron atrapados en sus vehículos desde las 3:20 p. m., ya que el agua convertía las calles en ríos.
El alcalde Galán advirtió que el desbordamiento del Humedal de Torca está contribuyendo al problema. “Si persisten las lluvias, la autopista podría ser cerrada indefinidamente”, declaró. En el aeropuerto El Dorado, las operaciones se interrumpieron temporalmente desde las 4 p. m. y aunque se reanudaron a las 5, los vuelos aún registran demoras.