Durante la ceremonia de graduación de subtenientes en la Escuela General Santander, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, manifestó sus reservas respecto al reciente informe de la ONU sobre la producción de cocaína en el país. El documento, elaborado por el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), reporta un aumento del 53 % en la producción de cocaína, pasando de 1,738 toneladas en 2022 a 2,664 toneladas en 2023. Asimismo, indica un crecimiento del 10 % en la superficie de cultivos de coca, que ahora abarcaría 253,000 hectáreas.
Petro señaló que la afirmación de que la productividad de la hoja de coca se haya duplicado en un año es algo que “genera dudas”, argumentando que no existen precedentes de tal aumento en la productividad de un cultivo en tan corto tiempo. En este contexto, afirmó: “Como todo estudio científico, hay que examinarlo”, en referencia a la necesidad de analizar la metodología empleada por el Simci para garantizar que los datos reflejen la realidad del país.
La postura del presidente encuentra respaldo en declaraciones del ministro de Defensa, Iván Velásquez, y del canciller Luis Gilberto Murillo, quienes han expresado incomodidad ante las cifras. De hecho, Murillo explicó que, tras un encuentro entre Petro y el secretario general de la ONU, António Guterres, se acordó una revisión de los métodos de cálculo de la producción de cocaína. Según Murillo, el incremento del 10 % en los cultivos no justificaría un aumento tan alto en la producción, lo que apunta a la necesidad de evaluar la precisión y objetividad de la metodología.
El presidente también destacó el aumento del 15 % en las incautaciones de cocaína durante 2023, lo cual, según él, contrasta con las conclusiones del informe y subestima el esfuerzo de las autoridades colombianas. Petro afirmó que la modificación en la genética de la planta podría ser un factor que explique el aumento en la productividad, pero enfatizó que el gobierno no puede ser señalado como responsable directo de ese fenómeno.
